Posted on 18 Julio, 2011 | 3 Comments
El tercer piso del edificio de aulas alberga a la enfermería, que aparte de su función primaria de atención en salud es un consultorio del corazón, de emergencias, de diagnóstico y de mucho más. Las estadísticas no cuantifican lo que estudiantes, empleados, obreros, profesores y gente de la comunidad vecina esconden detrás de un dolor de cabeza pertinaz, problemas que son canalizados por tres estupendas profesionales: Beatriz Barreto —la fundadora hace 24 años del servicio— María Wieck de Puigmartí y Luisa Urbaneja. Ellas tres no dejan sola la instancia que depende del decanato de Desarrollo Estudiantil, que atiende al público de 7 am a 8 pm y de 8 am a 2 pm , los sábados.
Conversamos con María y Luisa, pulcramente trajeadas con un uniforme a su gusto y a la medida. Con ellas dos se une la experiencia de María, que tiene dieciocho años en la Ucab, y la de Luisa que ya suma dos años y le ha dado su tinte personal al ambiente con sus conocimientos y praxis en la clínica El Ávila y el Seguro Social de La Trinidad, donde es coordinadora.
Los pacientes son ahora más y más variados, dice María. Es conocido el recinto, pues los familiares de los empleados ucabistas han hecho correr la voz de “mejor vaya a la enfermería de la Católica”, ante una quemadura o un desmayo. También son extensión del Laboratorio del Centro de Salud Santa Inés, los miércoles y los viernes en la mañana para comodidad de la comunidad.
María está consciente que debemos dar paso a la generación de relevo, pues como academia nuestro deber es formar y “ya estamos de salida por los años de servicio. Ya no somos sólo enfermeras para inyectar, poner suero, medir la tensión arterial, sino que somos orientadoras afectivas, psicológicas y vocacionales ”. Eso es lo que también le corresponde a Luisa, quien viene cargada con material educativo sobre el embarazo precoz, la prevención de enfermedades por contacto sexual, la diabetes, hipertensión, entre otras.
Los que van allí se desahogan y hablan de que se pasaron de rumba, de que no les llega la menstruación, de conflictos con el novio, con los jefes y con los padres. Las enfermeras son confidentes y comprenden las circunstancias: “Aquí no hay sanciones y falsos moralismos. Podemos hablar de lesbianismo, de maltrato, de prostitución, de drogas, ya que a nosotras nos forman con un criterio amplio ante la vida”, dice María mientras Luisa asiente.
Han vivido momentos críticos con desangrados y lesionados de cuidado, pero han resuelto estos percances. Luisa, hasta uñas ha extraído. Dicen que su deber es también cuidarse unas a otras, como buenas compañeras que se respetan.
María tiene claro qué va a hacer cuando se jubile en unos años. “Soy también peluquera y quiero atender a los niños del Ortopédico, a los del Oncológico y a los ancianos que están hospitalizados. Hay gente que no tiene quien le haga una llamada, le lleve una revista, en fin, que le ofrezca un poco de afecto y de atención”.
Luisa mantiene a la enfermería con flores, arma una cartelera y dice que es gratificante sentirse a gusto con el trabajo que se ejerce, que son para los demás un libro abierto y hasta es rutina leerle los resultados de laboratorio a los que acuden al tercer piso del edificio de aulas, donde van a buscar más que un medicamento.
Lastimosamente, Beatriz no pudo estar para la entrevista, pero estamos seguros de que será una próxima vez, pues las tres enfermeras ucabistas conjugan experiencia, profesionalismo y humanidad.
Agosto 23rd, 2014 at 13:04
gracie@interdenominational.ghiberti” rel=”nofollow”>.…
благодарен….
Agosto 23rd, 2014 at 16:52
ringing@custer.shan” rel=”nofollow”>.…
спс….
Agosto 26th, 2014 at 7:36
subsection@osaka.taking” rel=”nofollow”>.…
спс за инфу!!…