Posted on 08 Junio, 2011 | 4 Comments
Este estudio mereció el segundo lugar de los Premios a los Trabajos de Investigación para el Personal Docente
La investigación macroeconómica reciente destaca un conjunto de características relevantes de los países petroleros con relación a la gestión de la política fiscal: la tendencia crónica al déficit, el sesgo de una política procíclica y la demora de los procesos de ajuste fiscal.
Más que recurrir a las tesis tradicionales (maldición de los recursos, enfermedad holandesa o el ren-tismo petrolero) que intentan explicar estas carac-terísticas como una consecuencia de la alta depen-dencia de los ingresos petroleros, la literatura reciente enfatiza el diseño institucional y la conflictividad social como aspectos centrales que pueden explicar las deficiencias, en calidad y cantidad, del desarrollo económico en los países petroleros. Desde esta perspectiva, no es la exis-tencia de rentas extraordinarias lo que condena a este tipo de países a tener resultados inferiores en materia de bienestar, sino la manera cómo las rentas son generadas y distribuidas, aspecto íntima-mente asociado a la calidad de las instituciones involucradas, lo que explica la diferencia de resul-tados. Este cambio de óptica en el análisis tiene particular relevancia para la discusión política y económica en Venezuela, donde justamente se está redefiniendo profundamente la estructura institucional.
En este contexto, hemos centrado la atención en las características predominantes de la política fiscal en Venezuela y su incidencia sobre el cre-cimiento económico interno. El período que examinamos cubre las últimas cuatro décadas, en las que se han sucedido diferentes regímenes de política, diversos tipos de choques y distintas fases en la evolución del ciclo económico. Tres aspectos relevantes de la política fiscal fueron objeto del análisis: las características generales de la evolución de los principales agregados fiscales, la identifi-cación de la intencionalidad y el sesgo de la política fiscal, y, por último, el asunto de la eficiencia del gasto fiscal y los ingresos tributarios como instru-mentos para incidir sobre la evolución del nivel de actividad económica.
En torno al primer aspecto, las conclusiones más importantes a las que arribamos son las siguientes:
- Se observa una alta volatilidad de los ingresos fiscales que se transmite a los gastos e incide negativamente sobre la inversión, el creci-miento económico y el bienestar. A pesar de que son evidentes las reformas institucionales que se requieren para lidiar con este problema endémico, dichas soluciones han sido diferidas por sus implicaciones políticas e institucionales.
- Se han reducido las fuentes de financiamiento público de origen externo provocando el incremento de la presión tributaria interna, tornando muy significativo el financiamiento inflacionario.
- El aporte fiscal está limitando seriamente el crecimiento del negocio petrolero y se ha reducido la transparencia y la descentralización en el manejo de estos recursos.
- La agenda política ha hecho al gasto fiscal extremadamente rígido a la baja, con lo que se dificulta la gestión fiscal.
- El régimen de control de cambios y las restric-ciones que afectan la operatividad del Banco Central han exacerbado el rol múltiple de la política fiscal como sustituto imperfecto de la política monetaria y cambiaria.
- Si se tiene en cuenta lo poco sostenibles que son las bases del crecimiento económico actual los niveles de endeudamiento público son preocu-pantes. Además, el cambio en la estructura de la deuda pública promueve políticas económicas que profundizan los desequilibrios macro-económicos.
En cuanto al sesgo y la intencionalidad de la política fiscal, se concluye que el déficit fiscal tiene, especialmente en los últimos 18 años, un carácter esencialmente estructural. Este resultado demuestra las enormes dificultades para llevar a cabo una política fiscal anticíclica. Es más, los indicadores estimados muestran que la gestión fiscal se ha convertido en un factor que profundiza, en vez de atenuar, las fases del ciclo.
Por último, se presentan los resultados del análisis de la incidencia de la política fiscal sobre el crecimiento económico. Los resultados obtenidos permiten afirmar que si bien los incrementos de gasto inciden positivamente sobre el crecimiento económico, este efecto es relativamente pequeño. Es más, hay elementos que inducen a pensar que el gasto como instrumento inductor de actividad económica es cada vez menos eficiente. En cuanto a la política tributaria, sus efectos no son signifi-cativos, e incluso arrojan resultados contrarios a los que normalmente se esperarían.
Con certeza, el creciente grado de apertura de la economía, la desindustrialización, el deterioro del capital social básico, la inestabilidad y la menor calidad de las políticas económicas han sido factores que han reducido aún más la eficiencia de la gestión fiscal, tanto como instrumento de estabilización como de fomento del crecimiento.
Luis Zambrano Sequín
Profesor Escuela de Economía
Agosto 22nd, 2014 at 14:10
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