Posted on 04 Mayo, 2011 | No Comments
María Gabriela Fernández B.
Sus palabras hilan cuentos del pasado, su mirada brilla perdida y borra años de su rostro. En cada historia los oyentes viajan a escenarios distantes guardados en la memoria, a recuerdos que saben a mar, huelen a pintura y suenan a merengue.
Filósofo, docente y pintor, Joselito Da Costa lleva diez años trabajando en Ucab Coro y se ha convertido en uno de los profesores más queridos de esta sede. Actualmente, padece de cáncer en el estómago, pero esta enfermedad no le borra la sonrisa ni le impide comentar sus cuentos con alegría.
Oriundo de Las Piedras, Punto Fijo, es el tercero de ocho hermanos y recuerda su juventud como una época vivida entre el mar y los libros: “Salía del liceo en la tarde y me iba con mis amigos para la playa a nadar, esto era lo más divertido del día”.
Convertirse en profesor de Filosofía no estaba en sus planes. Los primeros pasos que dio en la educación superior fueron en el área de los números: “Yo había ingresado a estudiar Ingeniería pero luego decidí ir al seminario en Maracaibo y poco a poco me fue agradando la parte humanística”.
Entusiasmado, recuerda anécdotas de su vida y ríe al mencionar las relacionadas con su nombre: “Siempre creen que me llamo José o Joselo, pero no, en la cédula sale Joselito”. El origen de esta parte de su identidad surgió de un telegrama enviado por su abuela desde San Cristóbal que contenía la enigmática frase: “si nace varón ponle Joselito”. Tiempo después, la familia descubriría que la idea de la anciana surgió tras escuchar en la radio al artista español de El pequeño ruiseñor.
El Joselito venezolano no tiene las aptitudes actorales de su tocayo, pero en esa línea confiesa que, en cambio, le gusta bailar: “Disfruto mucho del merengue en las fiestas y un poco de la salsa”.
En lo laboral, la pintura y la docencia son sus pasiones. La primera le ha llevado a realizar hermosos cuadros de Don Bosco, Andrés Bello y San Ignacio, que adornan los espacios de la Universidad; y algunas obras que realzan las paredes de su hogar, en su mayoría elaboradas con pintura al frío sobre lienzo. La docencia, por su parte, es para él “una actividad muy enriquecedora” con la que se mantiene actualizado y está “en contacto con personas maravillosas”.