Posted on 04 Mayo, 2011 | No Comments
María Gabriela Fernández B.
Que 35 cráteres de la luna tengan el nombre de jesuitas, que cuatro observatorios del mundo estén dirigidos por miembros de esta compañía y que el padre Pietro Angelo Secchi, s.j., realizara descubrimientos en torno al espectro de las estrellas no es poco; pero que millones de jóvenes hayan recibido educación en centros ignacianos y apliquen sus conocimientos a lo largo y ancho del mundo supera cualquier expectativa, inclusive aquellas que, en principio, tuvo el propio san Ignacio de Loyola.
En un encuentro celebrado en el auditorio de Biblioteca, el lunes 14 de marzo, el profesor de la escuela de Educación desde hace 27 años, Javier Duplá, s.j., realizó una ponencia sobre los aspectos que integran la pedagogía ignaciana. El evento fue organizado por la escuela de Educación y contó con la presencia de estudiantes y profesionales interesados en conocer los pilares de esta pedagogía.
Duplá se remontó a más de 500 años para explicar algunos rasgos históricos de los jesuitas haciendo énfasis en la relación de éstos con la astronomía, la cual se fundamenta en la presencia de esta ciencia en los primeros planes de estudio de la Compañía de Jesús.
En relación con las características de la formación ignaciana, informó que la clave “está en la intención y la vocación de servicio en la educación” y explicó los capítulos del paradigma pedagógico ignaciano, los cuales son: contextualización, que insta a tomar en cuenta al estudiante en su realidad social; reflexión, con la cual se procura pensar en la importancia de los elementos de la sociedad; experiencia, que invita a enseñar a través de las vivencias; acción, según la cual las actitudes desarrolladas con el conocimiento preparan al estudiante para acciones futuras; y evaluación, que exhorta al docente a evaluar los procesos de enseñanza y corregirlos.