Posted on 04 Mayo, 2011 | No Comments
Cecodap reconoció su lucha contra la violencia escolar
Simón González
En la última década, la violencia escolar comenzó a tomar relevancia y los estudios revelaban una mayor incidencia y nuevas modalidades de abuso, como el aprovechamiento de las redes sociales para acosar a compañeros de clases.
En 2001, por ejemplo, un estudio de la Unesco en Brasil reveló que 33% de los estudiantes encuestados habían presenciado amenazas contra estudiantes, profesores o funcionarios de la escuela. Un investigación realizada en Chile, en 2005, indicó que 18,3% de los encuestados había sufrido agresiones físicas. Mientras que en 2006 un análisis de la Universidad de Los Andes de Colombia demostró que en Bogotá uno de cada tres estudiantes había sido agredido físicamente por compañeros, y 4.330 de ellos requirieron atención médica.
Este fenómeno no lo desconoce la organización Cecodap, que vela por los derechos y el bienestar de los niños y adolescentes. Por ello concedió, el 3 de marzo, el premio Rafael Ángel García, mención Promoción del Buen Trato, a la Unidad de Psicología Padre Luis Azagra, s.j., por sus esfuerzos en la asistencia a chicos afectados por este problema.
Juan Carlos Romero, coordinador de esta dependencia, manifestó que el equipo se siente honrado con el galardón: “Nuestro propósito es causar un impacto positivo, contribuir a la solución de los problemas. Y que lo reconozca una organización seria es para nosotros un espaldarazo”.
Desde que esta unidad comenzó a funcionar, hace doce años, se ha topado siempre con la violencia en sus diferentes variantes, entre ellas la escolar, bien sea a través de los muchachos que llegan directamente a su sede, en el Parque Social Padre Manuel Aguirre, s.j., o los enlaces que hacen con colegios.
Planteando soluciones
Esta dependencia cuenta con catorce psicólogos y tres psiquiatras de planta, cerca de 70 pasantes del pregrado y postgrado de Psicología y numerosos voluntarios.
“Todos los psicólogos que están aquí están formados y trabajan en situaciones de violencia”, aseguró Romero.
Una de las formas de atacar este problema ha sido a través de la alianza con colegios de las cercanías y también de zonas distantes de Caracas.
“Este fenómeno se produce con mucha intensidad y tiene muchas vertientes. Por eso el primer paso en los colegios es lograr que los directivos y profesores sepan en qué consiste y cómo se manifiesta”, expresó Romero.
Para tratar este problema se trabaja con psicoterapia individual o grupal, talleres en los planteles y asesoría a las comunidades. Lo más importante es que se hace seguimiento, que en algunos casos se ha extendido por dos o tres años.
María del Valle Westinner, coordinadora del Área de Proyectos de la unidad, recordó que una de las experiencias más exitosas se desarrolló en colegios de Chacao, donde alumnos de primaria se convirtieron en delegados de paz y así pudieron mediar o denunciar situaciones de violencia escolar.
En estos momentos trabajan esta materia con alumnos y docentes de seis instituciones educativas de El Junquito, Caricuao, Guatire y Chacao.
Westinner consideró positivo que cada vez haya más conciencia sobre este flagelo, pues hasta hace un par de décadas se consideraba un “problema de niños” y eso no es correcto: “Ha cambiado el enfoque y se entiende que el acosado está en desventaja, porque quien lo molesta es más poderoso —porque es más fuerte, grande, tiene más dinero o es más popular—, en consecuencia hay que crear mecanismos para resguardarlo”.