Posted on 28 Febrero, 2011 | No Comments
La Universidad Católica Andrés Bello, a través de la Dirección de Proyección a la Comunidad, agradece a toda la comunidad ucabista el apoyo y la ayuda brindada a todos nuestros vecinos damnificados por las lluvias.
Con su aporte, el centro de acopio pudo entregar más de 20 toneladas de insumos, entre los que se encontraban más de 1.200 kilogramos de enseres domésticos, 2.300 kilogramos de enlatados, más de 400 kilogramos de ropa, además de 4.000 juguetes para los niños que se encontraban en tan difícil situación, todos ellos destinados a cubrir las necesidades básicas de más de 2.557 familias –unas 16.000 personas entre las que se encontraban un estimado de 3.750 infantes y 370 personas de la tercera edad– distribuidas en 52 refugios en las zonas de Antímano, La Vega y San Agustín del Sur.
Asímismo hubo importantes donativos de particulares y de la empresa privada, entre las cuales se encuentran Banco Banesco, Empresas Polar, Banco Exterior, Cargill, Makro, Ama de Casa, Caritas de Venezuela, entre muchas otras. Sin este trabajo mancomunado no hubiese sido posible llegar a tantas personas ni hacer frente a la emergencia presentada por causa de las lluvias.
Según declaraciones de la profesora Mercedes Morales, directora de Proyección a la Comunidad, la Ucab como centro de acopio fue todo un éxito tomando en cuenta todos los factores con los que se puede evaluar su desempeño. “Hubo suficientes insumos para atender a toda la población que necesitaba de nuestra ayuda, el edificio de Parque Social tenía el espacio y las condiciones para mantener todos esos enseres y, especialmente, teníamos los suficientes voluntarios para realizar las funciones cómodamente”, comentó la profesora Morales.
Explicó que la Ucab no fue simplemente un centro de acopio: “Si sólo hubiéramos cumplido con las funciones de un centro de acopio, bien; pero se hizo mucho más que eso”. Efectivamente, no sólo se recogieron comida, ropa y otros insumos, sino que además se llevaron a cada uno de los refugios, se supervisó cuidadosamente que llegaran a los afectados, que fueran productos que verdaderamente se necesitaran, aparte de servir como un espacio para la detección de necesidades no sólo alimenticias sino también de salud, psicológicas y legales.
Es importante destacar el compromiso que mostraron los voluntarios ucabistas durante esta emergencia, quienes estuvieron presentes en todo momento ayudando en lo que hiciera falta. Ana Gabriela Rojas fue una de esas jóvenes voluntarias que nos comentó su experiencia: “La gente de Proyección a la Comunidad te motiva al trabajo comunitario y te hace sentir que tu labor es importante”. Por otra parte, David García, estudiante de Ingeniería en Telecomu-nicaciones, señaló: “Lo mejor fue subir y darles los juguetes a los niños, es algo que no tiene precio. La recreación fue muy importante por la tensión que se vivía en algunos refugios, fue gratificante llevarle alegría a los niños y hacerles sentir la Navidad”.
Claudia Aponte