Posted on 15 Diciembre, 2010 | No Comments
Fabiana López Berra
La Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) extensión Coro, junto con las hermanas salesianas del Instituto María Auxiliadora (IMA), están absolutamente comprometidas con brindar ayuda a los habitantes de Zumurucuare, una barriada ubicada al sur de la ciudad de Coro que, como cualquier barriada venezolana, tiene carencias en el área de salud y educación. Es por ello que en 2002 se inauguró en dicha zona el Complejo social Cosme Jatar Senior, con el fin de ayudar a cubrir las necesidades médicas de los más de 3.000 habitantes del barrio y de los miembros de las comunidades aledañas como Fundabarrios y La Cañada.
Durante los primeros seis años de labores de este complejo social se atendieron las necesidades ambulatorias de la comunidad. La edificación contaba con cuatro consultorios médicos en los que se hacían consultas en las áreas de medicina general, pediatría, odontología y ginecología; un consultorio de psicología; y un consultorio de asistencia legal.
Se comenzaron a impartir talleres educativos para personas no escolarizadas, con la finalidad de que aprendieran un oficio que les permitiera tener ingresos eventualmente. Sin embargo, la cantidad de niños no escolarizados que habitaban la zona era alarmante, por lo que se decidió trabajar en la creación de una escuela pública dentro del complejo social.
Sor Alicia Boscán, directora de la Ucab extensión Coro, explica que el procedimiento para abrir la escuela fue bastante complicado: “Costó mucho, pero al final fuimos a la zona educativa y nos dieron el permiso. Posteriormente logramos construir la edificación del colegio gracias al apoyo de varias organizaciones como la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) y CANTV”. Finalmente en el año 2007 se inaugura la escuela Margarita Bosco como parte del complejo social.
Inicialmente la institución sólo atendía a niños de primera etapa de educación básica (primero, segundo y tercer grado), pero posteriormente se extendió hasta la segunda etapa de básica (cuarto, quinto y sexto grado). La educación impartida es totalmente gratuita.
El colegio está compuesto por seis aulas con capacidad de 25 alumnos cada una. El equipo de trabajo lo conforman veinte personas, entre personal administrativo, obrero y docente, estos últimos egresados en su totalidad de la Ucab extensión Coro.
La directora de la institución, Sor Consuelo Paolini, explica que los alumnos no sólo reciben educación, también reciben atención médica como parte del programa escolar: “A los niños se les hace un chequeo médico anual; nosotros lo llamamos ‘la consulta escolar’. Les tenemos un seguimiento, cada uno tiene su historia médica y todos los años se les hace su chequeo, tanto médico como psicológico”.
Otro beneficio del que gozan los estudiantes es la merienda escolar. En la escuela se le da el desayuno y el almuerzo. Al respecto la directora Paolini comenta: “Aunque no tenemos comedor, tenemos el programa ‘Pan’, que es del gobierno. Gracias a este programa se sirve a los niños el desayuno y el almuerzo y ellos comen dentro del aula”. También explica que hay ocasiones en las que el programa ha fallado, aunque no es lo común.
Otros beneficios
Actualmente, el colegio ofrece a jóvenes y adultos la posibilidad de cursar talleres por las tardes, cuando terminan las actividades académicas regulares. Entre los cursos que se imparten en la escuela se encuentran: el de operador de Windows, secretariado ejecutivo, contabilidad computarizada, electricidad y auxiliar de preescolar.
Además el complejo social sigue teniendo el área de salud, en la que se atienden a personas todos los días a precios solidarios. El servicio médico está abierto a toda la comunidad, e incluso a los barrios adyacentes.
Planes futuros
El proyecto de construcción de este complejo social se diseñó en función de 200 metros cuadrados de edificación, en los que se construirían catorce aulas, cinco consultorios y una cancha deportiva; con lo que se lograría atender a 600 alumnos y 12 mil pacientes. Sin embargo, no se logró construir todo. Actualmente sólo hay seis aulas (que albergan a 135 estudiantes) y cuatro consultorios. Pero el trabajo no se ha terminado. Según la directora del plantel se están buscando los recursos para construir la cancha y una biblioteca, espacios que son importantes para el desarrollo integral de los jóvenes: “Estamos trabajando fuertemente para conseguir el dinero para la construcción de esos dos proyectos. Por ahora esos son nuestros planes para el futuro inmediato”.