Posted on 02 Marzo, 2009 | No Comments
Manuel Miguel Contreras
El comisionado de la Major League Baseball (MLB), Bud Selig, dijo que dependiendo de los resultados de la comparecencia del astro Barry Bonds y de los resultados finales del proceso que tiene abierto el beisbolista norteameri-cano por mentir, supuestamente, bajo juramento en las investigaciones del caso de los laboratorios Balco, procesados por sospecha de haber distribuido productos que contenían esteroides y que involucraba a otros jugadores, se podría considerar devolver a Hank Aaron al primer puesto de la lista de máximos jonroneros de la historia.
“Esto me rompe el corazón, pero no me importa, estoy siendo muy franco”, apuntó Selig, quien ha vivido como comisionado de la MLB la era más gris del béisbol norteamericano en cuanto al uso de sustancias prohibidas.
La posible sanción a Barry Bonds cobra interés cuando, recientemente, el astro dominicano Alex Rodríguez se declaró culpable frente a las cámaras de televisión y admitió haber consumido entre 2001 y 2003 sustancias prohibidas. Frente a esto se le ha presentado una situación bastante complicada al comisionado Bud Selig, puesto que aunque admitiera pensar “ponderar a A-Rod y cambiar sus récords”, también es cierto que Rodríguez admitió motu proprio haber consumido dichas sustancias, alegando además que no sabía bien por cuáles específicamente era culpable. El caso se complica aún más cuando se revisa el historial antidopaje de los últimos años. A pesar de que fue en 1997 cuando la MLB, a través de su comisionado, emitiera un comunicado en el que prohibía el uso de esteroides y recordara que portarlos sin receta médica era ilegal, no fue sino hasta 2004 cuando se acordó castigar a los jugadores por ser usuarios, puesto que más de 5% de los que se sometieron a pruebas en 2003 dieron positivos.
El caso de Rodríguez pudiera ser tomado como “excepción” para los directivos de la MLB, puesto que condenarlo severamente no beneficiaría futuros testimonios de peloteros que decidiesen confesar la verdad. Tal fue el caso de “la guagua”, Miguel Tejada, quien asumió también haber consumido sustancias prohibidas y tras su confesión fue acusado de mentir ante investigadores del congreso estadounidense sobre su conocimiento de las conversaciones entre jugadores de grandes ligas sobre el uso de esteroides y otras sustancias prohibidas, incluyendo también su consumo.
Definitivamente, la suspensión de los récords sería, en cualquier caso, un castigo bastante severo, por lo que el debate dentro del mundo del beisbol no se ha hecho esperar.
Por un lado se encuentran aquellos que apoyan esta medida y que incluso considerarían grave no llevarla a buen término. Éstos piensan que es injusto que peloteros como Hank Aaron o Roger Maris se vean desplazados por figuras como Barry Bonds o Mark McGwire que han sido “ayudados” por el uso de esteroides que benefician su rendimiento en el campo.
El caso de McGwire ha sido uno de los de mayor atención para los fanáticos. Después de romper en 1998 la marca de más cuadrangulares en una campaña (70) en medio de una recordada batalla con Samuel Sosa, y su retiro del mundo del béisbol en 2000, su ingreso al Salón de la Fama (Cooperstown, Nueva York) se ha visto truncado sin necesidad de una sentencia firme que lo preceda. Igual pasa con el poco recordado Rafael Palmeiro, quien tras un escándalo por mentir acerca del uso de esteroides se vio execrado del mundo del béisbol, a pesar de tener números suficientes, al menos, para optar por un puesto en el “salón de los inmortales”.
Por otro lado se encuentran aquellos que no ven con tan buenos ojos la eliminación de los records. Si bien los esteroides pueden mejorar el rendimiento, el trabajo físico debe ser igual de arduo e intenso, y el talento sigue siendo igual de necesario. Además, como ya mencionamos anteriormente, existe ese “vacío” entre 1997 y 2004 en el que los peloteros no eran firmemente sancionados por el uso de ciertas sustancias, por lo que la validez de su uso era objeto de manipulaciones dependiendo de quién lo viese.
Es indudable que desde la publicación de la autobiografía de José Canseco, en la que acusa a varias de las superestrellas del béisbol de las grandes ligas de usar esteroides y otras sustancias prohibidas, la discusión sobre cómo castigar a los culpables ha sido objeto de debate entre conocedores y fanáticos del béisbol. La eliminación de los récords suena, por lo menos, como una resolución de duro impacto sobre este deporte. Más aún si tomamos en cuenta que entre los involucrados están Barry Bonds, Roger Clemens, Andy Pettitte, Alex Rodríguez y Mark McGwire, todos con pergaminos hasta ahora como para optar a un lugar en Cooperstown y que, sin lugar a dudas, han marcado un antes y un después en los diamantes del mejor béisbol del mundo.