Posted on 30 Julio, 2009 | No Comments
Desde su creación, el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico (CDCHT) –órgano encargado de promover las investigaciones del personal académico de la Ucab– convoca con objeto de premiar los mejores trabajos investigativos, y son emplazados todos aquellos que tengan entre sus manos el fruto acabado de una obra. Finalizada la convocatoria el órgano clasifica los trabajos llamando a consulta a los miembros del consejo, conformado por representantes de cada una de las instancias académicas de la Universidad, con el fin de nombrar, dependiendo de los temas y enfoques presentados a concurso, el jurado idóneo para realizar la evaluación.
En la edición de 2008 el segundo lugar lo ocuparon los trabajos de la profesora María Gracia Moráis y Carla Serrano de IIJ y del profesor Humberto Valdivieso del CIFH.
En esta oportunidad quisiera entresacar algunas líneas representativas del trabajo del profesor Valdivieso, cuya investigación tiene por nombre Humano gráfico. Ethos y diseño en el cartel de Santiago Pol. Como se verá, el texto toma como objeto de disertación la obra de uno de los diseñadores venezolanos más importantes de nuestro tiempo: Santiago Pol y su modo de trabajar los carteles, en especial aquellos que fueron “…realizados para la Bienal del Cartel de México en el año 2004 y la curaduría completa para la muestra Amor, calor y color de la Pequeña Venecia que llevó a Pol como artista oficial a la Bienal de Venecia el año 2005”. La excusa para este largo periplo tuvo sus inicios en la “charla dictada por el Maestro bajo el título “Historia íntima de mis carteles” para los alumnos de las cátedras de arte de la escuela de Letras el año 2003”.
Valdivieso se fijó como objetivo “…explorar la función comunicacional y creativa de todas las piezas realizadas por Santiago Pol hasta el momento. Esto supone una clasificación ajustada a la significación visual del cartel y elusión de la metodología técnico-cronológica propia de los estudios clásicos que se han hecho con anterioridad para la revisión de las artes plásticas”.
Además, el autor se sirvió de las herramientas metodológicas propias del “…sistema semiótico junto con una estructura de organización derivada de la propuesta simbólica de los carteles. A través de esta vía, la imagen gráfica ha dado cuenta de sí misma, de su especificidad como medio, de su origen contemporáneo y de sus posibilidades expresivas como arte funcional…”. Ello sin obviar la importancia que adquiere escudriñar “…el proceso de creación del cartel en Pol”. Para ello no escatimó esfuerzos ni recursos con el solo objeto de entrevistar en incontables oportunidades al artista como también sumergirse en el mar de los bosquejos que guardaba el autor en su taller. Además logra acceder y comprender la obra “…desde la particularidad de la atmósfera intelectual del taller de Pol…”, convirtiéndose en testigo de excepción que ausculta el proceso mismo de la creación.
Apoyado sobre esta plataforma, el profesor realiza una clasificación exhaustiva, registrando algunas coincidencias iconográficas a lo largo de la obra estudiada. “De ahí quedaron cuatro series organizadas a partir de los signos referidos a la comida, a los animales, al cuerpo y a los elementos gráficos: Paladares, Bestiario, Morfologías y Signaturas, respectivamente. A partir de ellos el autor plantea una lectura que va de la obra hacia el lector y no del lector hacia la obra, dejando al discurso gráfico expresarse en la autonomía de sus normas de creación, producción y distribución”.
A juicio de Valdivieso, “el factor que agrupa el trabajo de este venezolano es lo comunicacional y no lo estético. Ello no quiere decir que ambas posibilidades estén contrapuestas. Es notoria la influencia que Pol ha tenido de las artes plásticas desde el inicio de su carrera. Sin embargo, su labor nace a partir de un compromiso con lo funcional y la comunicación social. Son las necesidades del cliente las que le dan vida a un cartel y no la búsqueda expresiva del artista”.
En estas condiciones la propuesta rectora del trabajo apunta “…hacia la significación que tienen estas piezas con respecto a la sociedad, geografía, clima, emoción e ideología que generaron su aparición. En otras palabras, es un problema semiótico de la imagen gráfica. Un asunto derivado del intercambio simbólico entre emisor y receptor con referencia a realidades sociales y culturales muy concretas. La cuestión en los carteles de Pol está relacionada a los valores informativos y culturales que transmiten sus obras, pues los carteles son sujeto de enunciado y no de contemplación.”
Finalmente, el investigador pasa revista “…al imaginario de un comunicador visual y su posterior reflexión sobre los mensajes mediáticos a partir de sus unidades esenciales, su estructura y carácter cultural”. De ahí que impulse una “…vía para comprender fenómenos culturales derivados de la circulación, en la ciudad, de los códigos de la cultura de masas…”, al tiempo que “…revisa el lugar del diseñador en la cultura visual contemporánea, la construcción de un ethos del archivo visual de Pol y los problemas conceptuales que aparecen alrededor de la práctica curatorial en el mundo del diseño”.
El trabajo resalta la condición creadora del conocimiento. Lo que indica que junto con la innovación, la tecnología y la ciencia conforman todas ellas maneras legítimas de llevar adelante una investigación.
José Luis Da Silva
Director del Centro de Investigación y Formación Humanística