Posted on 02 Febrero, 2009 | No Comments
Como bien lo han reseñado recientemente los medios de comunicación social, la Fundación Educacional Escuela Canaima ha sido llevada a juicio por un “supuesto” delito ecológico. La escuela de La Vega que es famosa por sus ricas arepas de colores y su huerto escolar, sin dejar de mencionar su Centro Artesano del Pan, donde enseñan panadería a los niños y jóvenes vegueños y con la cual cubren parte del gasto de su comedor escolar.
¿Cuál es el delito del que se le acusa? Irónico: haber limpiado junto a la comunidad de La Vega un terreno (aledaño a la sede donde funciona la institución) que era un botadero de escombros, chatarra, basura, y carros desvalijados, con la intención de darle vida a un proyecto educacional, novedoso y necesario para la comunidad a la que la Fundación Canaima dedica su labor educativa, ecológica y comunitaria desde hace casi tres décadas: la futura construcción del Liceo Ecológico del suroeste de Caracas.
Este terreno, al igual que todas las casas del sector, al igual que la sede de la escuela Canaima desde hace 27 años, al igual que el Mercal, el módulo de Barrio Adentro y el Infocentro que más recientemente instaló el Gobierno, todo esto está dentro de los linderos del “Parque Recreacional Vicente Emilio Sojo”; decretado así en la década de los años 80. Sin embargo, ni el Ministerio de Ambiente, ni Inparques, ni el Inavi (dueño de los terrenos), ni ningún organismo del Estado había hecho nada por sanear y darle el verdadero uso que se merece ni a esta parcela ni a ninguna otra área del parque; muy por el contrario fomentan y permiten invasiones desproporcionadas que vienen realizándose entre sus límites, talando y deforestando indiscriminadamente.
Pero con mucha facilidad prestan sus funcionarios para imputar y enjuiciar a quienes brindan una educación de calidad a los niños y jóvenes de más difícil condición social de la parte más alta de la Parroquia La Vega.
La carencia de instituciones educativas en la zona es un mal que aqueja a los jóvenes del sector, por lo que el proyecto Liceo Ecológico más que un “proyecto bonito“, es una necesidad social y un medio para garantizar el derecho constitucional a la educación. Si este gobierno o los anteriores se hubieran abocado a resolver tal problemática, quizá el proyecto sería la Universidad Agro-ecológica, pero en vista de las desatenciones, la urgencia es el liceo.
El proyecto Liceo Ecológico, pretende darle el verdadero uso de parque recreacional que se merece nuestra montaña Itagua, protegida por los decretos que la han hecho áreas pertenecientes a los parques recreacionales Vicente Emilio Sojo y Leonardo Ruiz Pineda.
El gran beneficio que aspira brindar el proyecto educativo-ecológico a la comunidad y a Caracas es seguir resguardando las áreas verdes, como la institución viene haciéndolo desde hace muchos años.
Desde el punto de vista arquitectónico, el proyecto fue diseñado por el grupo Arqui5, ganador del premio internacional Holcim Awards Oro 2006, en Tailandia, con un plan que contempla la mejora e integración de la infraestructura urbana del barrio San Rafael, en La Vega. El veredicto dice que fueron merecedores del premio porque “su proyecto no sólo es el orgullo local y la capacidad de los recursos sino que es un planteamiento éticamente responsable y medioambientalmente sensible para minimizar la extrema penuria socioeconómica”.
En el proyecto “Liceo ecológico del suroeste de Caracas” se incluye la construcción de caminerías ecológicas con senderos de interpretación para que los visitantes puedan recorrer el parque a través de las mismas sin perjuicio del ambiente. En su recorrido recibirán información que permita a los visitantes conocer la fauna y flora típica de la zona, llegar hasta el mirador en el Pico Itagua y observar Caracas desde el punto más alto de La Vega.
El mayor problema ecológico es la pobreza, y la escuela Canaima ayuda a nuestros niños y jóvenes a superarla. Sus estudiantes aprenden a reciclar papel, vidrio, aluminio, desechos domésticos, a transformarlos en recursos utilizables y aplicarlos en la elaboración de abono orgánico para su granja escolar. La escuela Canaima es partícipe activo del movimiento internacional de Ecoclubes, junto a quienes el pasado 29 de marzo de 2008 firmaron el Acuerdo Ciudadano con la Tierra.
Es una injusticia criminalizar “ecológicamente” a esta institución, que si en algo ha destacado es en la educación ecológica. La Canaima ha sido reconocida con el Premio Arturo Úslar Pietri (2003) como mejor institución educativa ambiental del año y con el Premio a la Excelencia (2005) que otorga Venezuela Competitiva a las instituciones más exitosas a nivel nacional. Quienes la acusan no saben que esta Escuela desde sus comienzos ha combatido el hambre de los niños con “arepas de colores”, a base de espinaca, bledo o hierba Caracas, remolacha y zanahoria, cultivadas por los propios niños en nuestro huerto, detrás de la Escuela, en una mezcla de enseñanza-aprendizaje de nutrición, amor por la agricultura y la tierra, respeto al ambiente y amor.
José Gregorio Velásquez
Presidente Fundación Educacional Escuela Canaima
Estudiante de Educación Ucab